Siento el peso de un beso
recorriendo mis labios,
en una esquina se sientan dos
a edificar sueños,
es el comienzo de la aurora,
el final de lo inexistente.
Es el abrazo que suplico.
El miedo a perderte,
y la certeza de sentir tus manos
recorriendo mi espalda
¿Aún estás allí?
no te escucho, no te siento.
¿Acaso te has quedado dormido?
palpo tu pierna. No respondes.
Me levanto, te dejo postrado
en la misma esquina
buscando los besos que pude robarte.
me encanté con las tuya poesías. en esa, la personage se queda muy apasionada. parabens
ResponderEliminarey Pamela, el peso de un beso, qué bien! Otra, aurora: final de lo inexistente.Graciela Gianetti.
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